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Ana Palacios, Niños esclavos. La puerta de atrás.

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Hoy 8 de noviembre finaliza la exposición de fotografía   “ Niños esclavos. La puerta de atrás” de Ana Palacios, periodista que decidió viajar hasta África Occidental para mostrar al resto del mundo la dura realidad que viven los más pequeños. Esta ha estado vigente desde el 16 de octubre en el CIVICAN de Pamplona.

Bodegón

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Último trayecto

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    Hoy a las 11 de la mañana  nos han comunicado que el 18 de mayo será nuestra graduación. Sí, ya han pasado casi cuatro años desde que empezó esta etapa que muchos afirman que es una de las más bonitas de la vida. ¿Cómo  no me he dado cuenta hasta ahora? Un día más me levanto, desayuno, y cojo el coche. Me esperan 20 minutos de trayecto  hasta la universidad. Después del ya tradicional atasco por el campus, aparco y voy a Fcom. Sin embargo , no quiero que hoy sea un día más en el que recorra este camino sin ser consciente de ello. A partir de ahora quiero exprimir cada clase,  aprender de cada experiencia y compartir cada momento con mis compañeros.  Porque esta etapa acaba y ya no volverá. 

Fotografía

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La fotografía es simplificar lo complejo.  La fotografía es proximidad.  La fotografía es perspectiva. La fotografía es un momento muerto lleno de vida.  La fotografía es inspiración. La fotografía es luz y sombra. La fotografía es progreso.   La fotografía es textura.  La fotografía será nuestros recuerdos cuando la memoria nos falle.

Generación tras generación

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El árbol que estáis viendo no es un olivo cualquiera, sino que bajo sus raíces se encuentra una bonita historia familiar. Hace casi doscientos años, Gervasio, mi tatarabuelo y amante de la jardinería, plantó este olivo en una finca de su propiedad. En su tiempo libre, muy escaso en esta época, Gervasio se acercaba al lugar y regaba con mimo al que todavía era un esqueje. Año tras año el árbol iba creciendo, sus raíces se aferraban al terreno y aparecían sus primeras hojas. Cuando Gervasio fue padre intentó que sus hijos compartieran con él su afición, pero solo consiguió que Félix lo hiciera. Desde entonces, ambos se encargaron del cuidado de este y otros muchos árboles más, dedicación que forjó un especial lazo entre padre e hijo. Décadas más tarde, la historia se repetía, Félix infundó a sus hijos la joven tradición familiar, pero esta vez no tuvo éxito, ninguno de sus sucesores participó en las tareas relacionadas con el olivo. Finalmente, debido a l